lunes, 3 de agosto de 2009

MOLINOS DE JESUS MARIA:SON TESTIGOS DE LA HISTORIA EN 1846

Por Ahmed Valtier
PUBLICADO POR EL: PERIODICO EL NORTE
(19-Nov-2002).- El paso de la modernidad en Monterrey es un hecho indiscutible. La construcción de edificios de arquitectura moderna y estilizada mejoran sin duda la urbanización y la calidad visual de la ciudad. Pero este acontecimiento se puede volver contradictorio y polémico cuando los sitios del pasado, las antiguas construcciones de un Monterrey hace mucho tiempo olvidado, comienzan a desaparecer. La reciente destrucción en San Pedro de una parte de los antiguos Molinos de Jesús María, constituye un suceso verdaderamente lamentable para nuestra historia local. Fundados en 1842 por Jacinto López a pie del Cerro de las Mitras y junto al arroyo del Obispo, los Molinos de Jesús María representaron en su época un importante avance, tanto para los antiguos sampetrinos en el desarrollo de sus cosechas, como para la economía de sus alrededores, incluyendo Monterrey. Tal vez por su puro valor intrínseco, sencilla y austera, la edificación por sí misma no era lo suficiente importante para conservarla. Pero contario a lo que algunas voces han afirmado, es su conexión con los eventos sucedieron en su entorno los que le otorga su relevancia histórica. En los Molinos de Jesús María, o "los Molinos", como eran llamados comúnmente a mitad del Siglo 19, importantes acontecimientos de la historia de Monterrey se dieron lugar. De igual manera personajes que posteriormente adquirirían fama, también estuvieron presentes alguna vez entre sus muros. Por ejemplo, entre el 21 y el 22 de febrero de 1847, el Teniente Abner Doubleday, del Ejército norteamericano, pasó la noche ahí. Considerados por muchos como "el inventor del beisbol", Doubleday, entonces de 27 años, formaba parte de un pequeña fuerza de artillería que llevaba cuatro cañones de Monterrey a Saltillo, durante la Invasión Americana, para reforzar a su ejército que se prestaba a luchar en la batalla de la Angostura. Retrasados, después de que uno de los pesados cañones de hierro se volcó en el camino, el "futuro inventor del beisbol", en compañía de otro oficial compañero suyo, decidieron guarecerse de aquella fría noche de febrero en Los Molinos. De acuerdo a sus memorias, que aún se conservan en los archivos de la Sociedad Histórica de Nueva York, después de tocar repetidas veces la puerta una persona salió: "Era el Molinero, que estaba ocupado en su trabajo haciendo harina. Nos proporcionó un cuarto o bodega vacía para dormir y algo de pinole, por la cual incluso rechazó toda compensación o pago". Doubleday durmió profundamente esa noche en aquella bodega vacía de los Molinos, ya que como él mismo escribió "estaba determinado a dormir todo lo necesario para ir así fresco a la batalla". Con el tiempo Doubleday se convertiría en General del Ejército de Estados Unidos, y el destino lo llevaría a quedar registrado como el oficial que ordenó el primer disparo de una guerra que aún es considerada una de las más sangrientas de la historia. Un conflicto que cambiaría para siempre el curso de su propia nación: la Guerra Civil estadounidense. Otro evento de relevancia histórica también sucedido durante la Invasión Americana. Como muchos otros sitios de la ciudad y sus alrededores, los Molinos de Jesús María estuvieron fuertemente involucrados durante la Batalla de Monterrey en septiembre de 1846. Dividido el ejército invasor para atacar la ciudad, más de 2 mil soldados estadounidenses al mando del General William Worth se ubicaron la parte Oeste de Monterrey para cortar el camino a Saltillo. En la mañana del 22 de septiembre, en el segundo día de la batalla, el General Worth recibió reportes de inteligencia de que una partida de caballería mexicana, al parecer Lanceros, había sido vista en los alrededores de los Molinos. Se envió a un grupo armado con un canon de 6 libras y protegido por una partida de Dragones de caballería al mando del Capitán Graham, junto con la compañía del Teniente James Ricketts que actuaba como infantería ligera. Los Molinos fueron ocupados por los norteamericanos alrededor del mediodía, quienes de inmediato se dieron a la tarea de fortificar aquella posición para el caso de un ataque. El cañón fue colocado apuntando sobre el camino a Saltillo y algunos soldados se dieron a la tarea de abrir aspilleras o huecos en las paredes, para poder apuntar sus rifles desde el interior del molino. Mientras el Capitán Graham realizaba un reconocimiento con su caballería, el resto de los hombres se pusieron a descansar. La mayoría de la infantería se encontraba fatigada, después de una marcha de cerca de 10 kilómetros desde Monterrey. Para aquellos soldados su estancia en los Molinos fue como una calma a mitad de la tormenta. Uno de ellos recordaría después: "La batalla parecía distante, como si nunca pudiera alcanzarnos de nuevo". Incluso algunos mexicanos que estaban por ahí les ofrecieron frutas. Por la tarde el Capitán Graham regresó con su partida de caballería e informó que los supuestos lanceros mexicanos que habían sido vistos por los alrededores, no eran más que un puñado de rancheros que transportaban con mulas sacos de harina. El comando norteamericano abandonó con cierta reluctancia el lugar y regresó a Monterrey. "Retomamos nuestros pasos y dejamos aquel pequeño paraíso" -escribió un testigo- "lamentando mezclarnos una vez con la tempestuosa excitación de la batalla". La ocupación de los Molinos por el ejército norteamericano sólo fue breve, pero sus paredes fueron un testigo más de la historia y la Invasión Americana en Monterrey. Esos mismos muros que hoy para siempre están ya desaparecidos. El autor es historiador
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3 comentarios:

  1. disculpen el molino de jesus maria donde se encontraba ubicado entre mty y garza garcia y me pudieras mandar fotos por fuera de dicho molino cuando inicio y cuando se cerro me lo pueden mandar a este correo por su ayuda muchisimas grasias.
    vladimir_vyr@hotmail.com
    vladimir cazares

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  2. ecxelente el articulo yo vivi muchisimos años en san pedro en las calles porfirio diaz entre corregidora e hidalgo en el centro mi familia aun vive ahi yo ahora vivo en san nicolas pero mi bisabuela contava muchisimas cosas de los molinos de jesus maria,yo ahora tengo 36 años y en varias ocaciones ya a finales de los 80 ivamos muy seguidos a fiestas privadas como 15 años y bodas realizadas ahi y el lugar era magico ya muy deteriodado pero aun coservaba esa magia,ahora se ma hace ke no se respeto para nada toda la historia y la poca estructura delos edificios ke aun podia rescatarse y sin embargo hacer un complejo habitacional un poco lujoso por cierto lo unico ke he visto es el bodegon ke apenas respetaron,pero bueno en fin asi es esto,me gustaria ke me enviaran fotografias y algun sitio comoe ste del colegio juanita creo ke de anda ke esta tambien sobre la avenida diaz ordaz donde mi madre estudio fue en la epoca de 1957 y la estructura aun sigue en pie muchisimas gracias por este espacio espero respuesta.mi email ppcrister34@hotmail.com muchisimas gracias.

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  3. Esta super tu publicación, felicidades Pablo. esos eventos sucedieron en los Molinos y en esos años estos pertenecían a Santa Catarina y me parece mas interesante dado que estoy por publicar un libro de todos los eventos bélicos registrados en Santa, por lo cual te pido permiso de incluir tu texto, por supuesto con tus créditos como debe ser. Saludos, Francisco Sepulveda García, cronista oficial de Santa Catarina

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